Hunt: Showdown 1896 - Equilibrio violento
Este contenido requiere un juego (se vende por separado).
Descripción
Este DLC contiene una cazadora, dos armas y un consumible: - Sombra de Rangda (cazadora) - Calamidad Seductora (Mako 1895 Zarpa) - Equilibrio Natural (Scottfield) - Ira de Rangda (bomba adherente) Antes de su transformación, no era más que otra cazadora sin rostro vestida con ropas sencillas. Agotada. Temerosa. Un fantasma de su antiguo yo. Eran muchos los demonios que prosperaban en este lugar, retorciéndose entre la tierra y las estructuras y los cuerpos tanto de los vivos como de los muertos. Demasiadas veces había visto a otros cazadores acabar despedazados a manos de los monstruos, o matándose entre ellos regalándose un sinfín de balas, o volando en pedazos tras una explosión y enredados en alambre de espino convertidos en trozos de carne sangrante. Aquellas imágenes le inundaron los ojos y el corazón de oscuridad, hasta que no cupo un ápice más. Necesitaba algún sitio donde poner toda aquella oscuridad. La transformación llegó con la máscara. La talló tal y como había aprendido durante su infancia en su tierra natal, con madera de aquel árbol que destacaba majestuoso sobre el resto en el lado este de Windy Run. Cuando la completó, presentó ceremoniosamente la máscara al árbol como muestra de respeto y se la colocó sobre el rostro. Los sentimientos de agotamiento y temor se esfumaron. La máscara retrataba a Rangda, la reina de los demonios de los cuentos que le contaba su madre. Cuando la llevaba puesta, se sentía también capaz de liderar ejércitos del mal, siguiendo sus deseos. Sus pesadillas continuaban siendo las mismas, pero ahora, en vez de hacerla despertar gritando y bañada en sudor frío, la reconfortaban, como un baño cálido y sangriento que acunaba todas sus ideas retorcidas. La respuesta había residido en su corazón todo este tiempo, alimentada por las historias de su infancia. Ahora comprendía que la Incursión nunca fue una cuestión del bien contra el mal. El secreto estaba en saber que el bien jamás ganaría… Ningún bando ganaría, pues la danza entre el bien y el mal era eterna, y así estaba destinada a ser. Talló una segunda máscara —una para el bien— y se la puso en la espalda como muestra de su compromiso con el equilibrio. Pero era la máscara de la reina de los demonios la que había decidido llevar en el rostro. No en vano, en aquellos cotos de caza, era el mal el que reinaba, lo cual resultaba evidente con cada creación retorcida y herida putrefacta originadas por la corrupción. Para Rangda, aquel lugar no era ni más ni menos que un paraíso.
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Fecha de lanzamiento
Jugar con
- Xbox Series X|S