Hunt: Showdown 1896 - Grito de la rapaz enjaulada

Este DLC contiene una cazadora, dos aspectos de arma y un aspecto de consumible: - Lilith (cazadora) - Descenso del Chotacabras (Krag) - Picado en el Mar (Nuevo ejército) - Sabiduría del Búho (inyección de resistencia) Todo el equipamiento y los cazadores del DLC son legendarios. Durante años, Lilith participó en los rituales oscuros de la secta en la que se crio sin plantearse en absoluto su papel. Había nacido en esa comunidad. De ella había recibido su nombre. Cuando creció y se desarrolló su belleza sobrenatural, le ordenaron que usara su rostro hermoso para atraer a nuevos acólitos... o sacrificios. Pero daba igual cuánto ayudara a los líderes, nunca recibió el poder que se suponía que otorgaban aquellos sacrificios. Un día, desobedeció las órdenes que le dieron. Como castigo, los líderes mataron a su amigo: un búho con un ala dañada que había traído a casa y que guardaba en una jaula dorada. Enfurecida, Lilith opuso resistencia, mató a uno de los líderes y huyó del recinto. Sabía que acababa de cometer un pecado imperdonable y que jamás podría regresar. Pero tampoco quería hacerlo. Así salió al mundo, sin nada ni nadie. Asesinó y robó sin consideración alguna por los demás, desesperada por labrarse una vida llena de cosas que elegiría por sí misma. No pasó mucho, sin embargo, hasta que la apresaron y la llevaron ante el Juez Pálido. Esperó ante el estrado, segura de que su castigo sería privarla una vez más de su libertad. En vez de eso, el Juez Pálido consultó sus cartas del tarot, y sacó la carta del Diablo, invertida: una carta que presagia el regreso del control. El Juez absolvió a Lilith con una condición: tendría que ayudarlo a atrapar forajidos hasta que la balanza de la justicia volviera a equilibrarse. Así se unió al Juez y a su mano derecha, un cazarrecompensas llamado Espolón Plateado, y los tres recorrieron DeSalle en busca de justicia. Lo cierto es que a Lilith no le importaba nada la redención o la virtud. Lo único que quería era poder vivir fuera de una jaula, volar libre, y usar sus garras. Cuando su deuda con el Juez Pálido se salde, está decidida a regresar a su antigua comunidad para hacerles ver que tendrían que haberla matado a ella en vez de a su búho cuando tuvieron la oportunidad. Hasta entonces, sigue desgarrando a cada cazador que se cruza en su camino.